viernes, 3 de junio de 2011

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Muérdeme. Mejor que me muera de rabia a que me muera de hambre. Mejor ceder la razón al arrebato que extinguirse sofocado en una oquedad tan llena de sí, tan llena de todo, que termina por no ser más que un hueco. Mejor estallar un instante, un destello, para siempre, a la parsimoniosa calcificación de un bosque petrificado.

Muerde con fuerza, cierra tus fauces. Destrózame el cuello. Róbame la posibilidad de renunciar a la libertad, a la vida. Porque si se gesta la menor duda o te sorprende el menor descuido acabarás de cabeza, de espaldas, inmóvil... y te aseguro que me tomaré mi tiempo contigo.


5 comentarios:

alguien dijo...

MUUY buenoo
de quién es?, es tuyo?, o es de un autor lo suficientemente desconocido como para ser ignorado por google? (antes de preguntar preferí buscarlo)
Si lo escribiste vos, muchas felicitaciones, sino, me disculpo por mi ignorancia y muchas felicitaciones también.
Hasta la siguiente entrada!

Estelí Meza dijo...

¡Me encantó!

Anónimo dijo...

Cada día respeto más lo que escribe.

Anónimo dijo...

De lo mejor que has escrito.

Selina dijo...

No está mal; me gustaría más que fuese un sofoco más azul.