viernes, 1 de agosto de 2008

Omokage

Supongo que si te hablo de aquella extraña sensación no me entenderías. Es fácil describirla, pero no lo es tanto concebirla. Lo ideal es sentirla. No sé por qué motivos fue que esa canción, después de tanto tiempo, me trajo tan extraños recuerdos. Apenas comenzó a sonar hice a un lado mis actividades y comencé a recordar, mientras que esa sensación se apoderó de mi torrente sanguíneo, enviando litros de sangre hirviente hasta el más diminuto capilar. ¿Entiendes de qué hablo? Si no, algún día lo harás. Después de todo, es inevitable verle el rostro a la Muerte unos instantes antes de perder la vida, y su mirada produce invariablemente esa sensación.