jueves, 18 de junio de 2009

"Votar no es elegir"


En un país en donde los partidos políticos que votaron por una reforma electoral buscan por todos los medios eludir sus restricciones, las elecciones pasan a ser un mero ritual costumbrista característico del folklore mexicano.

Invariablemente encontramos corrupción y decepciones profundas. Y peor aún: son las nuevas fuerzas políticas las que, con mayor cinismo, burlan la ley y nos deja un panorama a futuro francamente desolador. Gobierno tras gobierno podemos ver que aquí no pasa nada. El sistema democrático en que vivimos delega la responsabilidad de velar por el bienestar y los intereses del pueblo mexicano a los políticos por los que se vota, quienes, una vez electos, olvidan sus promesas, practican un vil populismo partidista y abusan de su puesto con fines personales y, por lo general, ilegales. Lo sabemos y, sin embargo, permanece impune: es un secreto a voces.

Los trabajadores del Estado subsisten gracias al dinero y los recursos del pueblo. Es decir, el pueblo le paga al Estado para que éste vele por sus intereses, sin embargo no cumple con su trabajo. ¿Cómo puede llamársele la atención? Las manifestaciones multitudinarias de peso son reprimidas o saboteadas por agitadores. La autogestión es castigada. Las protestas son ignoradas y el gobierno hace lo que le apetece. La única acción política al alcance del pueblo es, ocasionalmente, el voto, sin embargo, ¿por qué votar por alguien a quien no quiero elegir?


El abstencionismo como medio de protesta resulta, más que subversivo, contraproducente, pues el grito de protesta se ahoga dentro de una masiva cifra inerte que oscila entre el 50 y el 70% de la población que se abstiene por casi cualquier motivo -analfabetismo, hambre, incapacidad, ignorancia, pérdida de la credencial de elector, indiferencia-, menos la consciencia política, y abre, además, la posibilidad de tentar al chamuco con votos fantasmas.


Anular el voto, a diferencia de abstenerse, puede tener un impacto tangible en la maduración política del país: un fuerte llamado de atención, pues a pesar de existir una constante estadística de votos anulados por diversos motivos, un incremento en la cifra dentro de este contexto de promoción al voto en blanco será una clara respuesta de consciencia y descontento. Abstenerse es callarse, y el que calla otorga, como dice el dicho. Votar por nadie, en cambio, es la declaración de un mensaje inequívoco: no estamos de conformes y debe gestionarse un cambio.


Legalmente no se contempla la anulación de votos y los candidatos con mayor cantidad de votos, incluso con tan sólo unos pocos, ocuparán los puestos para los que fueron postulados. El sistema seguirá avanzando. Sin embargo no será posible ignorar el incremento y la persistencia de votos anulados, y se verá obligado a evolucionar de acuerdo a la situación. Este proceso es el primer paso para comenzar a madurar políticamente.



Si se decide anular el voto hay ciertos detalles que tomar en cuenta. En primer lugar, que votar en blanco es literalmente depositar nuestras boletas sin elección alguna, lo cual sería un error, pues abre la posibilidad de que sea marcada a favor de algún partido. Para anular el voto, en cambio, hay que marcar más de una casilla, marcarlas todas, escribir algún nombre ajeno a las elecciones, una broma, un poema: dejar inservible la boleta. Como medio para dar nombre a la protesta, y aunque no aparezca en la estadística o en la información publicada, se ha planteado la sugerencia de anotar una consigna pacífica, clara y realmente sencilla: “Votar no es elegir”. Claro que esto no es indispensable para protestar, sino una opción para quienes quieran complementarla o les falte imaginación para expresarla.


La intención es demostrar que no somos apáticos a la política, sino que no hay opciones que valgan la pena.
No te calles: vota.

Dirección electrónica relacionada con el tema: http://www.anulomivoto.com/

4 comentarios:

Oscar Velazquez Garcia dijo...

Q onda ese Emiliano, mis saludos y mejores deseos. Estoy en total acuerdo y convencido de que no podemos callar más, el gobierno debe saber que somo concientes de la impunidad que sufrimos y ortos gozan, y de que no los dejaremos hacer negocio con nuestro país, nustras tierras, nuetra gente y nuestra fuerza de trabajo. Votemos por la gente en quien confiamos y conocemos y claro esta de que no son los canditatos que los partidos nos han propuesto, esa gente que dice representar a su pueblo y no representan mas que a sus familias e intereses personales. NO HAY QUE CALLAR!!!! alzemos la voz en las boletas y que vean que somos un México conciente y que se da a respetar!!!!

estebangovea dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, maestro, con que es necesario un mensaje contundente a la clase política que nos parasita a diario.

Por otro lado, creo que deberíamos guiarnos en la idea del "poder obedencial", es decir, los políticos no están ahí para "gobernar" sino para obedecer al pueblo. Por tanto, la cacareada democracia no es más que un vodevil de arrabal, un teatro trienal y sexenal para dar a los desavispados la ilusión de que los quieren y no simplemente que se los cogen. Pero bueno, maestro, te dejo con la razón.

Atte: El Teby

Yareli dijo...

Es interesante lo que planteas y me parece muy válido, sin embargo, me quedo pensando en que, la poca gente que no esté de acuerdo con la anulación del voto decidirá al final y, probablemente sigamos inconforme con un gobierno que no elegimos(que no dista de la situación actual, por cierto).

La protesta quedará, sin duda, pero ¿quién hará caso de ello?¿los políticos se preocuparán por nuestro descontento? Neeh, me gustó por otro lado lo que propuso martí en una conferencia de prensa, a ver si tienes oportunidad de buscar la nota.

Yo aún no decido qué haré con mi voto.

Saludos!

Estelí Meza dijo...

Emiliano:

Me parece muy válido lo que escribes.
Creo que muchos estamos hartos de que siempre sea lo mismo: corrupción y el "no pasa nada".
No quiero votar por un diputado del que nunca más voy a saber de él y que seguramente no va a hacer mucho por mi distrito. O un delegado que utilice ese puesto como trampolín político.
Debemos de ser ciudadanos responsables y por lo tanto es fundamental ir a las urnas el 5 de julio.
Todavía no sé que voy a hacer: si anular mi voto o votar por algún candidato.
Tengo algunos días para pensarlo.
Un abrazo, Estelí