Per nessuno
No es tu sonrisa lo que me ata a tu boca. Ni el roce de nuestros labios ni la noción de tu lengua loca. Ni siquiera un hilo de saliva que, efímero, nos conecta un instante:
Es la expresión de tu rostro que miro de reojo cuando me finjo tan ciego como te veo. Es tu aliento penetrar mi alma -su despojo- desarticulada, fundida de deseo.
Son tus gestos al pensar. Son tus ojos al poseer cada objeto en que se posan. Soy yo reflejado en ellos, desarmado y asintiendo.
Es el eco que retumba en mi interior cuando cierras la puerta y la oscura silueta de tu ausencia.
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